Luna llena, alma vacía

Mirada impetuosa,
sonrisa constante,
dulce y bella niña,
que juega a ser grande.

Pelo sedoso,
aunque entrometido,
un cuerpo fuerte,
un alma muy suave.

Mujer sensitiva que golpea el aire,
tus ojos se van tras una pelota;
hay que ver que habilidad que tienen tus pies,
que van revelando mi desnudez.

Capricho inconsciente, búsqueda en vano,
recorriendo la noche juntos de la mano.
No te defiendas de mí todo el tiempo,
no busco herirte, tan solo amarte.

Quiero que sientas esa paz y armonía
ese tormento y esa agonía:
paz en mis brazos, cuando te buscan,
armonía en los cuerpos cuando se tocan,
tormenta en mis besos cuando suspiras
y esa agonía al no estar contigo.

No hay expresiones, no existen palabras,
para comunicar como lo hacen nuestros cuerpos;
y aunque existieren, aunque las inventara,
sobrarían por demás al hablar nuestras almas.

Esa satisfacción al estar contigo,
no lleno con nada este vacío;
y aunque me haga el duro y diga que no importa
explota por dentro un eterno llanto
que odia las razones y el ser egoísta.

Tu sinceridad suma a tus virtudes,
y para colmo observando el ocaso.
Ahora solamente es cuestión de elecciones
Me diste en el clavo no quiero enojarme,
y clamo a mi ira que juega conmigo,
como este destino tan cruel tan esquivo.

Pero aunque sufra y vuelva a empezar,
y desee en el fondo contigo estar,
quizás mi camino vuelva a retomar,
pero te aseguro,
Mujer,
que no te podré olvidar.

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