el último naipe

Ansi como el verso y las palabras
tengo desprolijo hasta el latido
si usted quiere llegar a la final
intente disculpar los ladinos aullidos
pasa que ni lo pienso lo digo

Del viaje de la vida,
del tiempo que de ella he usado
caminando a diez del piso
sin vergüenzas ni permisos
recorrí cuanto paisaje he querido
no por miedo a la pereza,
sino más bien,
por floreo a la grandeza
de cad’uno de los días
que no sé quien me donó.
Peluda hasta la carretilla,
echado como gramilla
nunca me han visto.
Y pa’ que andar negando
a veces me muy canso
de andar tan aperrado,
y por vez mil repregunto
cuando llegaré al rancho
pa’ descansar unos minutos

Abrase las atenciones,
enciendan tuitos los velones,
para irles comentando
que son lindos los caminos
si están tus pezuñas curtidas
por brasa de fogonero
si es tu cuero tan leguero
y si tus tabas talladas,
a pura hacha y machete,
son de pura fianza
auténticas prendas del instinto,
continuaciones del espíritu
que rayan tus presentes.
Y lo que llevas marcado, calao en la frente,
siempre sea el final y los principios de tus ideas.
Que entre idas y venidas
entre marchas y galopes
giro, salto y fogones
un lema que va conmigo,
grabado a punta de hierro
del lado frío del infierno
“Lo que queda son los amigos”
como la más orgullosa de las estampas
lanceo en mi memoria salvaje
algún recuerdo lindo
llevándolo bien a tiro,
escrito en mi pelaje,
de aquellos viejos amigos
con quien supe andar,
como gorrión pa’ la alverja,
algún trecho de camino.

Oigan que curioso
no sé si les pasó
una noche,
hasta bien entrada la madrugada,
algo parecido a un rayo
ligerón y pringando rabia
centelló mi poncho de pichón,
se inquietó mi sangre con enviones internos
y como vena vacunada, se me tensaron las tripas
se me sacudió la osamenta entera
se hizo una, todas las achuras
se quebró el negro cielo, amalaya canejo!!
y desde aquel trago de ginebra
nunca duermo noche entera
fue tan intensa la sacudida
que perdura hasta estos días
y ese instante de mi vida
me he atrevido a bautizarlo,
como perro encontrao
inundao de sarna podrida,
“el desvelo de mi alma”.
Desde ahí supe a tientas que
cuando a alguien bien cualquiera,
como a mí
lo empieza a educar las calles y los callejones
los cerros y los mojones / los silencios y los perdones
los vientos y los aluviones / los senderos y las canciones
las pampas y sus sequías / los cuerpos y sus sudores
las caricias y sus fulgores / las formas de las palabras
las trampas y las mentiras / los secretos de las esquinas
lo amargo y lo inentendible de las despedidas.
Ya cualquier otra aula
queda chica y pobretona
no corre la tierra / por las arterias
no corren los olores / hasta los pulmones
Por favor les pido señores:
no me nombren los salones.
Ni mucho menos de libros elegidos
por quienes nunca han leído.
De soslayo el caballo
desperdicia juerza en su galope.
Y uno como que también va a prendiendo
que hasta él mas pintado de petulancia
se le terminan los días de gracia,
y esa noche y esa tarde
sin asco a la arrogancia
el festín será de las larvas.
Y será noma’, como piensan algunos;
las blandas aguas por las mañanas
moldearan las duras piedras mansas

Da la sensación que de alguna forma,
no me preguntes cuál,
apriendes a caminar llevando una ilusión
eterna y pasajera
como cualquier tipo de prisión.
Preguntale al andrajoso
si espera ver la manta
pa’ empezar a tener frío.
También a la razón le gana el apetito
Ahora, en una cuestión casi,
no admito discusión
lo dijo el diablo que me cebo
que hay que aprovechar los días
porque cuando el de arriba dispone
y dice: “m’hijito shuiiii (chiflidito)
venga pa’ca,” no hay más historia
ni prosa en primera persona
Y que muy a pesar
que nunca un paty, nunca un pollo
hay que seguir pechando el monte.
Y que con lo caro que está el chocolate y la avena
vos insistas en decirme que no, mi amor
y no creas que me olvidé de tí
porque no me seas importante
mira, un ejemplo he de darte
en este mismo momento,
el día de mi nacimiento
ni de casualida lo recuerdo
no te lo tomes pa’l churrete
son los bretes de la mente
si solo soy un mísero payaso
que a lo único que aspiro
es a tu cálido regazo.

Por otro lao
todo es mío, cuando no tengo nada
y que siempre las mañanas
son más lindas cuando las agarras con ganas,
(ta’, que bien rimaría garras)
que desde siempre venimos
matando plantas y animalitos para sobrevivir
y todavía sin entenderlo sé
que nos cuesta mucho morir.
Que no tarde en llegar
el día que nos prometieron
y que por favor
germente la semillita
del juicio y la razón

Dar consejos
no es mi idea ni subrayo moraleja
(cruzará terrenos refalozos
el que se empeña en jactarse grandioso
de su destreza desde un pozo).
le voy más con los deseos
de perderte, compañero
perdete en movimiento
nunca quedes yuyo,
parásito del remordimiento
y recuerda
lo que te sobra ya no es tuyo.
Y más sincero que mi llanto
te ofrezco yo mis manos y mis brazos
pa’ tensar el alambrao
del potrero de tus campos.

Y con la suma de los tiempos
inevitablemente la cabeza
se te llena de pensamientos,
se multiplican las macanas
y a la hora de la siesta
¿quién limpia la chanchada?
De similar manera el corazón,
como peón que cayó ayer a la estancia,
entra a hombrear tristezas
pa’dentro, muy pa’dentro de uno
y claro, si es mucha la siembra
se pone peluda la tarea de sacar la maleza.
Ahí es cuando te ahijas del viento
y ya casi sin saberlo
no envidias mas al estanciero
quedando un crudo viajero,
que nunca lleva suelas
para sentir el agua y la piedra.
Que nunca tiene todo resuelto
dejando los aperos dispuestos,
prestos al destino
con la simple intención
de conocer nuevos caminos
pa’ que aliente la moción
y sangrar mi revolución.

Y uno...
previsor inconsiente
no se lanza así noma’
cruza la tranquera con invisibles muletas
una especie de palo con la punta de horqueta
que si le manda unas gomas lograste una jondera
¡zoooo, lengua ligera! la caza es otro dilema.
digo, por ejemplo,
se me ocurre a la apurada,
que un tipo en calzones
no es más
que un tipo en calzones.
No se ría
no haga tanta ola
ahí es cuando se acaban
uniforme y diploma

Mientras huyo de las plazoletas
desenfundando mi rescate
cargando de compañera
mi vieja ley primera:
“Si te pica rascate”
atravieso los senderos
inventando uno nuevo.
Pero mejor vamos terminando
con los desvíos
suplicandote te pido
que nunca retrocedas si no vas a avanzar,
que llueva parejo en tus profundos desiertos
que no le falten bebederos
puños y ceños severos
pa’la faena de corderos.
Que no hay senderos para la mar.
Que no hay fórmulas para amar.
Que inevitablemente me vas a matar.
Y que finitamente voy a morir
¿Qué si existe la justicia?
no m’hijito... no, de eso ni noticia.
Que la porfía quede a un lao
el infierno no es rojo, es colorao
Uno no elige donde le salen los granos.
Y sé que siempre andaré por ahí tropezando
dejando los capullos de gusanos
no escapándome de nada, ni de tí
Si no que usando mis modestas alas
que permiten vuelos bajitos y en verdad...
son los más los míseros saltitos.

De preferir prefiero
que de todo este delirio
al menos algo quede bien clarito
Que no aspiro a monumento
porque elegí ser elemento
cuerpo errante con una dirección
sensible a las heladas
sigo preso en tu mirada
tierno con tu cría y con tu piel
ya me tiene sin cuidado las envidias y la hiel
sabiendo esperar, alentar y fracasar
atinando a pialar, montar y disfrutar.
Resabio de los vientos
voy rezando a los tormentos
que nunca tome asiento,
que no tenga pausa este esqueleto.
Mal perdido me encuentro
cuando menguan los proyectos,
que los remansos no perduren
más tiempo que la leña,
la muda de la yerba de este mate
y la lectura de las señas
que no me encuentres nunca tirado
y si de mí preguntan los dioses
(que no desprecian lo salao)
solo dile eso,
que ando por ahí
por andar,
no más
buscando...
buscando...
por buscar,
que aunque hace tiempo
me vista pilcha crota,
muy antes de’ntrar al matadero
sucio oscuro y pellejero,
rabioso como naides
jugaré hasta mi último naipe
de nativo guerrillero.




a los amantes de la yapa,
a todos los que de mí saben,
para que a estos desprolijos pensares
(como a mi no me sale)
les pongan melodías y colores
y como no podía ser de otra manera
les deja un abrazo en letras
el Marto que anda al trote corto
que es como más aguanta su matungo
y cuando se le cansa el animal
se alejará a paso de murga
pregonando por el milagro de algún changüi
que lo venga a bendecir
aunque sea por un instante
y como siempre
caminará de cara al sol subiendo la montaña
sin darle
la espalda a la mar
M.M.M.

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