Estaba baja y no lo dejaba pasar. Menos mal, justo pasaba el tren.
Sufren los rieles mientras las ruedas aceradas las pasan por arriba. Levanta la barrera y las ruedas engomadas las pasan por arriba suavemente.
Maneja, frena en el semáforo, sigue cien metros mas, estaciona a los cuarenta y cinco grados correspondientes. Se baja, camina muy tranquilamente hacia el local, pide: -Dos litros de leche... -le dan yogur-; -...media docena de huevos -le dan media docena de huevos…de chocolate- y pan -pero le dan tostadas dulces y envasadas.
Atónito pregunta: -¿Que es esto? – Esto es lo que hay – le responden. Paga, no le dan vuelto.
Regresa al auto, abre la puerta, prende el auto, mete marcha atrás y sale del estacionamiento, disminuye la velocidad en el semáforo, maneja, las ruedas engomadas pasan por arriba de los rieles y el piensa que no debería haber comprado nada...
La bocina del tren suena y las ruedas aceradas pasan, sufren los rieles. Atónito, sufre; estaba alta, la barrera.
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