Una tarde lluviosa imaginé otra tarde que ya había vivido o que hubiera querido vivir en ese momento.
En ella me encontraba con gente hermosa en una terraza, al Sol, rodeado de una indescifrable naturaleza, que Sabia, transcurría a su tiempo.
Esa gente que allí estaba era extraña para mi, pero no ajenos. Podía sentir su calor, su energía, su amor.
Sin saber porque tenía confianza en ellos y al verlos allí recordé que la vida es más hermosa cuando tengo con quien compartirla;
razoné que si queremos, juntos podemos.
Podemos ofrecer resistencia a una humanidad injusta y cruel; podemos convivir entre todos complementándonos, encontrando cada uno su propio lugar, viviendo cada uno su propio sueño, proyectando cada uno su propia ilusión, e intentar lograrlo, con la seguridad de creer, con la tranquilidad de saber:
- ¡Sí! Un Mundo Mejor, Es Posible...
No hay comentarios:
Publicar un comentario